domingo, 27 de mayo de 2012
CRÓNICA
Un excelente inicio para un molesto final
El jueves 24 de mayo de 2012
en la I.T.E. Nuestra Señora de Fátima Ibagué,
se realizó el partido de futbol; Once c (equipo a) Vs los profes (equipo b).
Me apresuré a Salir del salón
cuando transcurrieron varios segundos después de que tocaran la campana para el
segundo descanso, quería presenciar el partido que estaba por empezar, así que
me ubiqué donde pudiera contemplarlo.
Esperé con paciencia a que
estuvieran todos listos para la batalla, me percaté que mucha gente esperaba lo
mismo que yo de aquél partido, era casi una semifinal (entre dos grupos magníficos),
por lo que la mayoría estaban animando a sus amigos del equipo a, de alguna
forma eso tendría que ayudar.
En la zona de juego, al
primer silbato, los jugadores del equipo más joven realizaron todos los
movimientos apropiados, un descomunal despliegue de emociones me traspasaron en
un segundo, cuando el deportista Alex Aguiar, defendió muy bien y con un
sorprendente disparo venció al arquero rival; y al final el reconocimiento,
¡GOL!, gritaron con alegría y sorpresa, Alex se acercó a sus amigos dando un
paseo y con expresión divertida.
Pronto llegó la parte más
interesante de aquel juego. El partido estaba ya a favor del equipo a, era
imposible mantener contacto visual con el balón, teniendo en cuenta la
velocidad a la que se movía y el ritmo al que se desplazaban alrededor del
campo los jugadores. Un jugador que resaltaba demasiado, Roniber Cortez, su estilo parecía que estaba más cerca de la
astucia, de lo furtivo, que de una técnica de lanzamiento intimidatoria. Sujetó
la bola con ambos pies cerca de su adversario; luego, su pie izquierdo se movió
como el ataque de una cobra y la bola impactó en el arco, marcando así otro
gol.
Juan David Rodríguez, estuvo
sobrio en la defensa e iniciando el ataque desde atrás e incorporándose al
ataque de forma alterna con Alex Aguiar, Aníbal Carbajal defendió bien la
portería cuando era su turno.
En el momento en el que estaba
más que segura del triunfo del equipo a, El b siguió jugando hasta el
cansancio, el profesor Núñez, jugó muy bien, siempre se destacaba por aportar
velocidad al partido.
La satisfacción de la
victoria de Once C, duró poco, más tarde, en la expresión de los ganadores,
encontré un toque de inconformidad, no pude reprimir mi curiosidad, me
entrometí al preguntar, no fue mucho lo que me contaron, solo entendí, que
aquel deslumbrante partido había sido planeado, necesité un segundo para
asimilarlo. Me quedé atónita ante esa situación.
Había tanto en qué pensar y
quedaba tanto por preguntar.Me sonaron las tripas. Estaba tan intrigada que ni
siquiera había notado el apetito que tenía. Ahora me daba cuenta de que tenía
un hambre feroz.
Por
Sofía Catalina del Pilar
Montoya Hoyos
domingo, 20 de mayo de 2012
CRÓNICA
PALABRAS IMPRECISAS
El lunes 7 de mayo de 2012 en
la I.T.E. Nuestra Señora de Fátima Ibagué, la profesora de música,Amira, en su
clase con 10-A, dejó una actividad extra clase, la cual trataba de actuar un
libreto (tema libre), tal debería ser presentado la próxima clase.
La finalidad de esa actividad, según la docente,era
saber cómo estábamos en el tema de actuación.
El día llegó, lunes 14 de mayo,
por la tarde. Como raro nadie llevó, ni preparó nada para la clase, La
profesora ingresó a el salón, como de costumbre se sentó, saludó y recordó lo que se debía hacer,un añadido que
no se esperaba.
Nadie se paró a presentar, a
excepción de una chica,quien se levantó de su puesto y dijo “nuestro grupo
empezará” ella se mostró decidida, y le dirigió una mirada a sus amigas de
súplica, la profesora alzó la vista hacia ella, la chica sonrió con
condescendencia, su grupo, seis el total, (dos hombres, cuatro mujeres) la
siguieron, ella se limitó a presentarlos, el supuesto acto era sobre “parodias
de cuentas infantiles”, la chica observó con alivio a los espectadores, la
profesora Amira se limitó a decir “listo empiecen”.
La chica presentadora la miro
con aprensión, los demás actores la imitaron, todos estos salieron de la
pequeña aula, y cuando entraron se detuvieron en la entrada; eran dos mujeres,
la chica presentadora entre ellas, esta respiró hondo, se puso colorada como un
tomate, “puedo hacerlo”, se mintió sin mucha convicción, “nadie me va a
morder”, dedicó la sonrisa más convincente posible, su estado de nerviosismo,
no le permitió dar lo mejor de ella, los nervios la traicionaron, terminó su
parte, siguieron los demás, les paso igual, el acto transcurrió de la misma
forma.La chica presentadora no quiso saber la reacción de los estudiantes,
mucho menos de la profesora, pues ella, ya la suponía.
Cuando el acto finalizó, La
profesora Amira estaba muy seria, los alumnos se reían mucho, la chica presentadora
no entendía porque, para ella la situación no tenía nada de divertida,por
extraña que parezca ella aparentaba estar muy relajada, realmente no era así,
la profesora preguntó si alguien quería presentar otro acto, ninguno lo hizo,
Amira comentó que en la próxima clase había que mejorar esto, luego miro a los
estudiantes que presentaron el acto y dijo “porque ustedes de actores se mueren de hambre”, esas palabras pesaron
mucho, La docente agregó otras tratando de suavizar las cosas, pero la chica ya
no quiso escucharlas.
Una ola de contenida tristeza
abrumó a la chica presentadora, ahí si demostró lo que sentía, es posible que
demasiado frustrada y molesta para articular palabra, a pesar que lo sucedido
le nublaba el conocimiento, ella se percató de la mirada de la profesora, era
inexpresiva, pero de algún modo, la manera en que presionaba sus labios, le
hacían pensar que estaba enfadada, la chica cerró los ojos, y recordó sus
pinitos de actuación, quería indagar sus sentimientos y encontró aspiraciones
derrumbadas.
La chica presentadora se
debatió interiormente, “¿Los nervios?, Eso lógicamente no era una excusa.”
La profesora no tuvo en
cuenta sus ilusiones y sueños, precisamente porque no los conocía. La maestra
cambió de tema y del mismo modo la chica dejó de lado sus lastimosos
pensamientos, Pero sin antes repetirse“no permitiría que ocurriera algo como
eso nuevamente, simplemente no volvería a suceder.”
POR
Sofía catalina del pilar
Montoya hoyos
domingo, 13 de mayo de 2012
CRONICA
MOMENTO CONMOVEDOR
La prestación del servicio
social del presente año en la I. E. T. Nuestra señora de Fátima de Ibagué, ha
venido presentando varios inconvenientes. El miércoles 9 de mayo, el profesor
Rubert Vanegas, persona encargada del servicio social, tomó 20 minutos de su
clase con 10-A, para aclarar la mayoría
de estos percances.
“Error mío, fue decir que los
cambios estaban autorizados”, no captamos el significado de sus palabras, hasta
que volteamos lo suficiente para poder leer su rostro, pues solo hablaba con la
mirada perdida, en ese momento él estaba enojado, continuo diciendo ”ahora, todos se quieren
cambiar, y no entiendo sus razones”, pronunció estas palabras de forma concisa y
precisa, todos comprendimos lo que quería decir en realidad; incómodo para
nosotros, decepcionante para él, la verdad sabíamos que tarde o temprano esto
iba a pasar, pues el asunto del servicio social, la mayoría de nosotros no lo
tomábamos con seriedad.
Sin apartar sus ojos fríos
del piso, nos decía que nunca había pasado por esa situación en los años
anteriores, y que le hacían reclamos algunos funcionarios del colegio, reiteró
que podíamos prestar servicio social aparte, pero él no se hacía responsable de
ello.
Los compañeros de clase nos
mirábamos entre sí, nosotros solo dejamos que él hablara, sabíamos que él tenía
razón de estar como estaba, solo hasta ese instante tuvimos bien claro, que no
es una tarea fácil para una sola persona manejar este proyecto, y dar la cara
por nosotros.
Estábamos involucrados en un
melodrama estudiantil, en lugar de solo contemplarlo. Al final, estábamos
seguros que estos problemas no se volverían a presentar durante el año escolar.
Todavía seguíamos pendiente de cada respiro suyo, de cada
palabra dicha. “¡Pensar que llegué a algo
así!”.Su tono fue casi rudo y Rubert clavó nuevamente su mirada en el piso, se
limitó a asentir una sola vez, sus hombros no estaban relajados, más bien
tensos, agitó su cabeza suavemente, como queriendo borrar un recuerdo no grato
de su mente.
No sentimos remordimiento, o
culpa o ira en ese segundo, acabados los 20 minutos, él no volvió a tocar ese
tema durante la clase.
Rubert por fin nos miró
directamente, su cara crispada en una impresión de indecisión y pena. Pronto logró
controlar las facciones y recuperar la máscara de serenidad. Ahora su rostro
estaba desprovisto de cualquier tipo de emoción.
Por
Sofía Catalina del Pilar
Montoya Hoyos
domingo, 6 de mayo de 2012
CRONICA
IMPRUDENCIA FRUSTRANTE
El 18 de abril de 2012, en el
colegio Nuestra Señora de Fátima de Ibagué, se celebró el día del niño, evento
organizado por el grado 11 y el Sub Intendente Carlos Velazco. Para finalizar
tal se presentaron 2 shows sorpresa.
El primero, una presentación
de Capoeira, fue el que más me llamó la atención, empezó muy bien, alucinaban
los niños, se emocionaban con las supuestas patadas de los artistas, estos adoptaban
una posición defensiva (cada vez que le tocaba su turno de hacer alguna
pirueta) medio agachados, los brazos adelantados ligeramente, la música
producida por los tambores, me hicieron parecer al acto más intenso, me
disgustó a la mitad del acto, el ruido producido por los estudiantes de grados
superiores, vacilaban demasiado, pero sobre todo ese alboroto, ellos seguían su
juego de piernas con agilidad y yo acechándolos con perfecta concentración, una
compañera no paraba de hablarme, intentaba ignorarla, pero fracasé, se me
escapó un bajo gimoteo entre mis dientes, me desconcerté, a mi alrededor todos
hacían desorden, como si no les importara lo que estaba allá al frente, ¿eso
significaba para ellos?, disuadí rápidamente aquel cuadro, me percate que los
niños que enserio estaban atentos, no paraban de saltar y gritar, quería irme a
su lado y hacer lo mismo, disfrutar del acto, pero me daba pena hacerlo.
La misma tónica, los niños
alegres por tal sorpresa, no lo pensaron dos veces se subieron al escenario,
los artistas los recibieron con gusto, se me retorcían los dedos por no poder
hacer lo que quería hacer, ya no aguantaba más, me levanté y empecé a caminar
en dirección hacia el escenario, me hice a un lado de este, solo quería
observarlos con más atención y detalladamente, la forma en que se movían, me
recordó mis tiempos de práctica, el baile se acabó con un último y sencillo
paso.
Por
Sofía Catalina del pilar
Montoya Hoyos
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